La lucha en jaula anunciada de manera improvisada por el Departamento de Programación del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) abrió la puerta a diversas especulaciones sobre qué luchadores quedarían al final.

El transcurso de la batalla pintó a varios gladores de cuerpo completo; sin embargo, el final dejó sorprendido a varios con un final más que motivo. Pero, ¿esto salvó el 86 aniversario del Consejo Mundial de Lucha Libre? Analicemos.

Microman como reflejo de la afición

La batalla de máscara contra máscara entre Chamuel y Microman es la muestra perfecta del tipo de aficionado que paga por sentarse en la Arena México. Quien haya visto el combate no podrá negar que presenció una exhibición circense donde la comedia se antepuso a la lucha libre.

El público explotó de júbilo ante el entrenamiento de Chamuel (sí: entrenamiento; porque no enfrentó a nadie) encargándose del 95% de las acciones. Microman podrá ser pequeño y apenas moverse en un cuadrilátero; pero su carisma es muchísimo mayor que el de muchos estelaristas actuales al punto de que pudo llevarse el aplauso de todo un público incapaz de cuestionar si esto era digno de un aniversario de la Seria y Estable.

Las lágrimas de Chamuel ante la derrota sólo nos recuerdan que el ser humano es susceptible de ser arrastrado por las emociones aun cuando se trate de meras ficciones coreografiadas.

La jaula de las locas

Último Guerrero, El Mesías, Bárbaro Cavernario, Negro Casas, Volador Jr., Big Daddy y Cibernético se metieron a una jaula para apostar las cabelleras. Todo apuntaba a que los últimos en salir serían Cibernético y Último Guerrero, pues esta rivalidad se venía cocinando a fuego muy lento. Esta suposición cobró fuerza cuando al final sólo quedaron: Negro Casas, Último Guerrero y Cibernético.

Pero, contra todos los pronósticos, la batalla final por las cabelleras giró alrededor de Negro Casas y El Último de su Estirpe; un combate que, bien llevado, podría coronar cualquier cartel de prestigio; pero que nacido de la vulgar espontaneidad del CMLL tomó a todos por sorpresa.

Lo verdaderamente lamentable fue el orden de salida de los gladiadores. Big Daddy demostró ser una llamarada de petate. Comprueba que el CMLL no se respeta a sí mismo metiendo de rebote y por casualidad a un gladiador incapaz de brindar algo de valor arriba del ring, y además en el combate estelar de la función más importante del año.

El Mesías también quedó muy mal parado. Tanto tiempo queriendo inmiscuirse en el duelo de cabelleras entre Último Guerrero y Cibernético se fue a la basura. Se comprobó que sólo es un hablador pues tan pronto como pudo salió de la jaula.

Una final entre dos leyendas

Dos consagrados del CMLL terminaron viéndose las caras. Lo curioso es que el ganador abandonó el cuadrilátero tan pronto como pudo y el perdedor se quedó a recibir los vítores de la gente.

Esta batalla hace de la cabellera de Último Guerrero una de las más valiosas del orbe luchístico actualmente, superando por mucho el valor que podría tener la de Cibernético. Tendría que hacer enormes méritos el “Main Man” para aspirar nuevamente a un combate de cabelleras.

Negro Casas, por su parte, pasa a engrosar la fila de sacrificados en un aniversario. Tal y como ocurrió el año pasado con Volador Jr. (a quien le quitaron la cabellera para poder tener un evento estelar), “El 4:40” tuvo que entregar su cabello. ¿Cuántos más siguen? Ojalá esto termine ya.

Es sólo por el emotivo final que el 86 Aniversario sí fue una buena función; a pesar de no ser capaz de llenar la Arena México y tampoco haber sido la noticia más importante del fin de semana luchístico. La mejor lucha libre del mundo está en otro lado.