Javier Hernández (Mexsport)

Otra vez el Azteca, otra vez la selección, otra vez un amargo empate. Bajo un clima cálido en la Ciudad de México, se dio el esperado choque entre los titanes de la Concacaf. El Coloso de Santa Úrsula fue, una vez más, partícipe de un partido ríspido, difícil, y por momentos, trabado en medio campo. No hay nada más de qué hablar; el conjunto de las barras y las estrellas se salió con su cometido puesto que hizo lo que tenía que hacer: no arriesgar de más, no cometer errores y, si había la posibilidad, intentar “matar” el partido mediante un contra ataque. Para la mala fortuna de El Tri,  esto les fue posible a los norteamericanos.

Mientras tanto, “el tricolor” intentaba olvidarse de lo acontecido en San Pedro Sula. Había optimismo, había ilusión, pero se olvidaron de lo más importante: el gol. Los dirigidos por el Chepo de la Torre entraron al terreno de juego sin idea, en pocas jugadas pudimos observar juego en conjunto; a pesar de replegar a los norteamericanos, no se arriesgó de más, muy pocos se atrevieron a salir del “script” para intentar algo nuevo, algo más atrevido y las variantes no funcionaron como el golpe anímico que se necesitaba en ese momento; la zaga defensiva de los Estados Unidos sólo fue empleada a fondo en contadas ocasiones. Ésa fue la temática de todo el partido, un equipo aguantando y luchando por llevarse el punto a casa mientras que el otro equipo combatía contra su propia falta de gol que últimamente los aqueja cuando juegan de local.

Partido para el olvido de Javier Aquino. El volante del Villarreal no ha jugado como habitualmente lo hace. Dos Santos estuvo muy errático en los pases, aunque tuvo una mayor participación durante el cotejo. Entre Javier Hernández y Zavala  tuvieron un par de jugadas de gol pero por infortunio, el balón no rompió las redes.

La zaga central de los mexicanos estuvo plenamente en un “día de campo”. La defensa central mexicana  del futuro próximo compuesta por Héctor Moreno y Diego Reyes jamás tuvo que aplicarse al cien, en lo absoluto fueron requeridos por la delantera comandada por Hercules Gomez y compañía; al igual que Ochoa, el cual fungió como capitán de la Selección. Como dato, la primera y única aproximación al arco del portero del Ajaccio llegó al minuto siete del segundo tiempo.

Quedan todavía algunos partidos difíciles en el hexagonal pero no hay duda de que México va a estar en Brasil en el 2014. En el próximo mes de junio, cuando se reanude la participación del cuadro Azteca, habrá pasado entonces sí, el tiempo necesario para que la selección vuelva a jugar bien. Se contará con un par de juegos amistosos durante el mes de abril con la finalidad de que los pequeños problemas futbolísticos sean resueltos y se afronten con fortaleza los siguientes compromisos internacionales, como lo son la copa Confederaciones, la copa Oro y el resto de las eliminatorias de Concacaf.

Esta selección pronto volverá a practicar ese juego brillante, estén seguros de eso.