BRADY BAJO PRESIÓN TODO EL TIEMPO

Sí, Peyton Manning lo hizo bien. Dejó atrás sus fantasmas de playoffs. No cometió errores. Lanzó preciso, en nivel. Y sacó a relucir su experiencia. Pero la clave principal fue el excelente plan de juego de Wade Phillips: Anular a Tom Brady, apurarlo, incomodarlo cada segundo del juego.

Ya los Jefes de Kansas City habían hecho algo similar en aquel Monday Night de la temporada anterior que ganaron por 41-14. Desde aquella fecha, la verdad es que ningún equipo se le había indigestado de tal forma al número 12. Los Seahawks hicieron su trabajo en el Super Bowl, pero al final Pete Carroll entregó el juego con su decisión de pasar en la yarda 1. Y apenas en temporada regular Broncos hizo lo propio, pero aquella más que nada fue una batalla ofensiva en la que Brock Osweiler sacó lo mejor parte. El juego de ayer fue otra historia y el guión escrito por Wade Phillips fue claro: atacar a Brady 24/7.

DeMarcus Ware y Von Miller fueron una pesadilla para la línea ofensiva de Patriotas, la cual salió en su peor día y en el peor momento. Particularmente Marcus Cannon y Sebastian Vollmer, a quien precisamente aquí dijimos que los Jefes debían atacar si deseaban tener una oportunidad en el playoff divisional. Broncos sí lo hizo. Y vaya sí sacó dividendos: Cuatro capturas, dos intercepciones y nada más 20 golpes para pérdida de 18 yardas. Todo un triunfo defensivo que aparte le costó la chamba a Dave DeGuglielmo, ex coach de la línea ofensiva.

Con todo y ello, Brady fue capaz de comandar una última serie ofensiva jugando con su mejor –y casi única– arma: Rob Gronkowski. Con él convirtió de forma providencial una cuarta oportunidad, con él extendió el campo, con él anotó en los últimos segundos, y con él debió haber realizado la conversión de dos puntos para empatar el juego pero… la defensa de Broncos de nuevo. Aqib Talib disparó rapidamente hacia Brady y a éste no le quedó más que sacar un pase apurado, el cual fue interceptado por Bradley Roby y fin de la historia.

La fuerte presión sobre Brady no fue lo único que sucedió con Patriotas el domingo, pero vaya que fue la primera clave para el resto de lo que se vino.