1. Austria

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La mayor decepción se la lleva Austria, que contaba con el mejor plantel en muchos, muchos años, con hombres talentosos y desequilibrantes que hacían pensar que por fin trascenderían en fase final y más viendo que el grupo lucía, «accesible», o de menos, sin gigantes que les pudieran hacer sombra, pero no. Austria debutó con el pie derecho, en un duelo frustrante ante una desconocida Hungría que supo ganarles al contragolpe, mientras que ante Portugal les sobró respeto. Al final, los austriacos se fueron con las manos vacías al no ser capaces de superar a una Islandia que lucho hasta el final y se topó con una victoria en el último segundo. Alaba y compañía deberán seguir viendo la Euro desde casa, con el cargo de conciencia de que posiblemente hayan dejado pasar la oportunidad de la historia para un país con escasos éxitos en este deporte.