LEGADO Y CONCLUSIÓN.
Ya en marzo de este año Alex Rodríguez le había dicho a ESPN que el 2017 sería su temporada de despedida. Si el plan era terminar su contrato, o subir sus bonos para un lejano (aunque posible) traspaso a otro equipo que quisiera hacerse de él y su sueldo de 20 millones anuales, es una incógnita. Lo cierto es que no contaba con que su poca alineación con los Yankees y por lo tanto menos turnos para romper un récord, lo hicieran ver como pieza de cambio o titular, así que decir adiós parece no sólo una opción adecuada, sino muy digna.
Poner desde ahora su experiencia al servicio de un equipo que ya arrojó la toalla este 2016 para comenzar a reencontrarse con la grandeza, es lo mejor para un jugador que no le debe nada a la liga ni a si mismo.
Aunque la polémica siempre estará ligada a su personalidad, A-Rod deja un legado histórico. Muy pocos jugadores en la historia del baseball han logrado poner números similares y ser tan longevos. Esperemos se le recuerde más por ello y no por sus errores.
