Carencia de líderes

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El primero fue Landon Donovan, aquel con el que Klinsmann tuvo problemas por el excesivo peso que éste tenía en el vestidor, a tal grado de dejarlo fuera de la Copa del Mundo de 2014, el asunto aquí es que esto no se detuvo ahí, ya que otras figuras resintieron el mismo trato, «vacas sagradas» como Clint Dempsey, Michael Bradley o el propio Tim Howard han tenido que comer banquillo por decisión propia del técnico alemán. Algunos podrían argumentar que es parte del cambio generacional, pero a todas luces, sus acciones sólo han desestabilizado el grupo y no se han encontrado referentes que ocupen esos puestos.