Angelique Kerber

Vaya que ponerle un alto a Serena Williams no es una obra nada sencilla de realizar, la germana lo pudo lograr en base primero a un torneo muy bien jugado hasta la final, con clase y categoría fue eliminando adversarias que estaban en las apuestas como favoritas sobre ella (una era Azarenka) y que sin embargo lo solventó con creces.

En la final demostró ser una jugadora inteligente y versátil dentro de la cancha, manteniendo la sobriedad (algo característico del alemán promedio) y poder doblegar a una jugadora que durante mucho tiempo domina a placer la WTA. Ahora el reto será repetir y probarse a sí misma que lo ocurrido en Melbourne no quedará como un hecho aislado en una carrera que a partir del sábado pasado puede tomar un rumbo únicamente hacia arriba.