El partido

Federer empezó ganando el primer set con mucha contundencia en sus golpes y un español que esperaba aguantar el temporal para salir a contratacar. Cosa que sucedió en el 2º set con un Nadal lanzado y oportunista al aprovechar la mínima baja de juego de Federer e igualar las acciones.

El tercero fue tal vez el mejor set del suizo en todo el torneo donde apabulló con tiros extraordinarios por todos los resquicios de la cancha ante un jugador que soporta y tiene un alcance tremendo por todas las zonas. Volvió Nadal a renacer, una especialidad de su parte, y ganó el 4º set con coraje y garra, además de la imposición de su propio estilo tenístico.

Y el 5º parecía ser un déja vu para Roger, situación donde usualmente su físico lo merma en su tenis. Pero esta vez no fue así y el suizo se repuso a un quiebre tempranero para volver a mandar en la cancha y finalmente imponerse 6-3 en el 5º set y así levantar la 5ª corona del Australian Open en su carrera.