La directiva de Chivas ha hecho nuevamente de las suyas: simuló que José Luis Higuera dejó la institución. Hábilmente le quitaron el puesto que tenía de Director General del Club Deportivo Guadalajara y lo guardaron en un cajón desde donde seguirá extendiendo sus tentáculos.
Ya habíamos hablado de los aciertos de José Luis Higuera en Chivas, que no son pocos y nada desdeñables; sin embargo, él mismo lo dijo en una entrevista: en México siempre se verá el vaso más vacío que lleno, por lo que sus errores echaron por la borda todo lo bueno que llegó hacer en Chivas.
Su actitud americanista había secuestrado a la marca de Chivas por completo alejando a la afición y creando una verdadera animadversión entre fanáticos y directiva. A falta de verdaderos refuerzos y debido a pésimas decisiones (como dejar ir a Jesús Godínez) su partida era la mejor noticia que un aficionado al Rebaño Sagrado pudo recibir.
¿Esto significa que Chivas se dirige a una época gloriosa donde será un invitado constante en Liguilla y levantará trofeos más seguido? Como siempre, la respuesta es lógica; pero analicemos antes.

Se va Higuera pero se queda un Vergara

La salida de José Luis Higuera opaca una triste noticia: los Vergara siguen con el poder de Chivas. La llegada de Amaury Vergara en calidad de presidente es una verdadera incógnita; pero, si nos basamos en su apellido, no podemos esperar sino una nueva década de fracasos.
Amaury Vergara no está interesado en ser presidente de un equipo de fútbol. Tal vez su afición a las Chivas es más creíble de la que simula tener su padre (no olviden que Jorge Vergara le va al Atlas), pero eso no significa que tenga la pasión para detentar la responsabilidad que le fue conferida.
No sólo es el hecho de que el clan Vergara siga teniendo a Chivas; el actual panorama en la institución no permite pensar en una mejora en el corto o mediano plazo. Remitámonos a los hechos actuales.

Tomás Boy sigue siendo el técnico de Chivas

No olvidemos que “El Jefe” llegó de rebote debido a una mala decisión directiva (una de tantas). Originalmente iba dirigir cuatro partidos para tratar de llegar a la Liguilla, labor imposible que se vio cristalizada con tres derrotas y una engañosa victoria ante León (que a la postre fue subcampeón).
Hablamos de un entrenador que no ha ganado nada como director técnico y funda su valía con base en los equipos que ha salvado del descenso. Tal como lo dijimos antes: su presencia en Chivas es la comprobación categórica de que la directiva finalmente ya aceptó que el Club Deportivo Guadalajara es un equipo chico que sólo aspira a mantener la categoría.

Seguirá la dirección deportiva endeble

Un grave problema es la ausencia de un director deportivo. Desde Néstor de la Torre hace ya una década, Chivas no ha tenido un directivo capaz de generar un modelo ganador; pero el problema no es encontrar a la persona idónea, sino que el margen de maniobra es adverso.
La actual ausencia de un director deportivo genera un problema apriorístico: no importa a quién traigan pues aquel que llegue a ocupar ese puesto lo hará con un director técnico ya en funciones y con un cuadro previamente armado, fórmula ideal para el fracaso. Tendrá que rehacer todo de nuevo, lo que se traducirá en nuevas temporadas caóticas..
Ésta debe ser la coyuntura perfecta para que Chivahermanos A. C. entre a escena y hable directamente con Amaury Vergara para convencerlo de que, si no abre las puertas de la institución, ésta terminará por pudrirse en sus manos. Es por todas las circunstancias previamente mencionadas que Chivas no va mejorar aun con la partida de José Luis Higuera.