Oribe Peralta llegó a las Chivas Rayadas del América (así las llamaremos en la administración de José Luis Higuera, un empedernido americanista), encendiendo la ira de todos los seguidores del que algún día fue el equipo más grande de México.
¿Cuáles son los pros y contras de la llegada de uno de los mejores delanteros mexicanos que ha tenido la liga en la última década; debemos considerar su llegada al Rebaño Sangrado (sí, con mucha sangre) como un refuerzo o una burla a la afición? Analicemos.

Llega un símbolo de América

Oribe Peralta es uno de los artífices que permitió al equipo de Coapa ser hoy en día el más grande del fútbol mexicano; durante los cinco años que militó en esa institución consiguió los campeonatos suficientes para hacer del equipo de Televisa el más ganador en liga, copa y Concachampions, algo que ni el Real Madrid puede presumir.
Enfundado en el manto amarillo, Oribe siempre fue un convencido de “darle a las cabras como siempre”, demostrando que no le costaba en lo más mínimo jugar el papel de villano, de rudo y de jugador del América.
Su incipiente paso por Chivas hace 14 años en la Copa Libertadores 2005 fue insignificante, no consiguió absolutamente nada. Si hubiera tenido un peso específico como lo tuvo José Cardozo con Cruz Azul, en aquella Copa Libertadores de 2001, quizá el recuerdo sería otro.

Oribe Peralta vive su ocaso

Oribe Peralta metió apenas cinco goles con América en los últimos doce meses; no es un jugador letal y a sus 35 años es difícil pensar en un repunte. No obstante, José Luis Higuera no dudó en traerlo.
Esa decisión es muy contrastante si tomamos en cuenta que Jair Pereira (32 años) y Carlos Salcido (39 años) eran dos jugadores perfectamente identificados con el Rebaño; ambos fueron echados del equipo pese a todavía aportar mucho tanto dentro como fuera de la cancha.
Contrasta todavía más con los casos de José Juan Macías (19 años) y José de Jesús Godínez (22 años), canteranos del Rebaño que la directiva prefirió desechar; el primero ha demostrado que en un entorno más sano y dedicado al fútbol puede ser referente, el segundo está a punto de probar lo mismo.

A Chivas le urgen resultados inmediatos

José Luis Higuera ha declarado que Oribe Peralta todavía puede aportar algunos meses al máximo nivel, quiere estar seguro de que esos últimos suspiros ocurran en sus Chivas.
Con el fantasma del descenso acechando en el siguiente año futbolístico, Chivas no puede darse el lujo de colocar esa responsabilidad en canteranos que de un segundo a otro les temblarán las piernas, como ha sucedido en los últimos dos años.
La llegada de Oribe Peralta (igual que Jesús Molina) es una señal de que hoy en día no existe un jugador plenamente identificado con Chivas que posea carácter, temple y sobre todo la calidad para encabezar al equipo; por eso acuden al más grande del fútbol mexicano. Por esta razón su contratación no es una burla, es un refuerzo en toda la extensión de la palabra.