Real Madrid

imageTambién los blancos comenzaron la temporada con un nuevo entrenador, y un estilo diferente. Ancelotti se enfrentaba al gran reto de sustituir a Mourinho. Siempre discreto, Carlo intentó comenzar por reconstruir las relaciones y el buen ambiente en un equipo que el portugués había dejado al borde de la guerra civil. Había que recuperar esa sensación perdida de unidad. Había que comenzar de cero.
Pero, a pesar de los goles del Balón de Oro y Pichichi de La Liga, al Real Madrid le costó arrancar. Tenían calidad desbordante, pero necesitaban fuerza. Esa garra que había caracterizado al equipo, ese «Espíritu de Juanito» al que en tantas ocasiones se había apelado, parecía desaparecido. El Madrid no era la gran versión que todos esperaban, sobre todo en sus enfrentamientos contra equipos menores, aparentemente más fáciles de derrotar. Y la falta de espíritu de lucha quedó clara en la derrota contra el Atlético de Madrid. Por primera vez en catorce años los rojiblancos derrotaban a sus vecinos en Liga. Y esa derrota histórica no se debió a la superioridad de los atléticos, sino a la falta de coraje del Real Madrid. Los principales errores del equipo esta temporada han sido dar por finalizados partidos que todavía no estaban resueltos, y subestimar a los rivales (además de la lesión de Xabi Alonso que debilitó notablemente el centro del campo).
Pero las cosas han cambiado. Este Madrid no es el del comienzo de la temporada. No solo se ha recuperado a Alonso, sino que ahora además cuentan con el mejor lado de Modrić; el Real Madrid ve sus esfuerzos recompensados con su coliderato en La Liga, y el espíritu de la remontada vuelve a apoderarse de esos jugadores que ven en el campeonato final algo factible. El mejor ejemplo para ilustrar este cambio de mentalidad es la ida de las semifinales de la Copa del Rey contra el Atlético de Madrid. La contundente victoria merengue nada tiene que ver con la irregularidad del principio de la temporada. A eso se le suma el gran estado de forma de algunos jugadores como Modrić, Jesé, Ronaldo, Di María o, en el último encuentro Bale (aunque perjudicado por las lesiones).
Si el Real Madrid quiere ganar La Liga debe mantener la racha hasta el final de la temporada. Y eso es muy difícil, especialmente si pretenden hacerlo en las tres temporadas por las que luchan (Liga, Copa y Champions). Hay que luchar durante cada minuto, hay que empujar más fuerte que los rivales, hay que dejarse la piel en cada encuentro. No valen errores, no se puede menospreciar a los rivales; los encuentros acaban en el último segundo del descuento, nunca antes.
Nadie puede olvidar que hay dos colíderes esperando para aprovechar cualquier descuido.