Un entrenador

Guardiola1
Su llegada a Alemania fue, para Pep, una especie de redescubrimiento de la profesión, un escape de su propia zona de confort. En el Bayern, Guardiola tuvo la posibilidad de concentrarse solo en dirigir, de estar al mando de un equipo ganador y con potencial para llegar lejos en las competiciones europeas. Aquí solo hablarían solo los resultados.
Si analizamos lo deportivo, el balance del catalán por las tierras babaras es positivo. Dos Bundesligas, una Copa de Liga y un Mundial de Clubes es un palmares que muchos entrenadores quisieran tener. Pero, a diferencia de lo que sucedía en el Barcelona, Pep aquí no es más que un empleado, prestigioso claro esta, pero empleado al fin. El Bayern Munich es el club con más historia de Alemania, el más ganador y el más importante. Antes de Guardiola había sido grande, y lo seguirá siendo cuando el catalán diga adiós.
De hecho, en la comisión directiva del club, conviven hoy tres pesos pesados del futbol alemán como lo son Rummenigge (Director gerente), Matthias Sammer (Director deportivo) y Franz Beckhenbaur (ex presidente y Presidente honorífico) con mucho más historia dentro de la institución. Este último ha sido bastante crítico con el estilo de futbol que el entrenador pregona y en más de una vez ha fustigado abiertamente a Pep desde su columna periodística. Al Kaiser se ha sumado otras voces como la del ex portero Oliver Kahn o incluso el representante de Mario Gotze, Volker Struth, quien directamente afirmó que el técnico esta destruyendo la carrera de su representado por hacerlo jugar de “falso nueve”.
La caida ante el Wolfsburgo es la amarga frutilla de un postre en donde se conjugan el malestar de los hinchas, las criticas de las glorias del club y la salida de uno de los más importantes referente del equipo babaro, Bastian Schweinsteiger. El mediocampista ha elegido el silencio para su exilio en tierras inglesas, pero muchos afirman que el tiempo con Guardiola ha acabado por decidirle a buscar nuevos horizontes.