Perdiendo la cabeza

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Yo no sé si la plantilla de Ambriz salió confiada con respecto al árbitro, pero la verdad, es que perdieron la cabeza de la forma más estúpida posible, la expulsión de Pablo Aguilar fue más que merecida y demostró que el defensor no estaba bien concentrado ya que fue amonestado justo antes de terminar el primer tiempo y no es posible que a seis minutos de arrancada la segunda parte, se lance como si estuviera en WWE para frustrar una jugada de Sosa por la banda que hubiera podido sofocar metiéndole el cuerpo, la de Samudio ya no tiene mucho caso comentarla, habla por sí sola. El principal problema no es haber partido el equipo en dos en la ida, sino que el domingo serán huecos imposibles de llenar y todo un dolor de cabeza para su técnico. A ver si «Nacho» sigue «felicitando» a sus jugadores por este tipo de actitud, al final «es un hombre al que le gusta pelear».