Conclusión
Este es un tema muy interesante del cual seguramente tendremos para discutir en los próximos meses, ya que hay muchos posibles desenlaces de acuerdo a cómo se vayan dando los hechos y el más importante será una vez que se aclare dónde se disputará el Mundial de 2022, que seguramente cambiará de sede, en una de esas termina en Japón.
Como aficionado y periodista deportivo, nada sería más satisfactorio que vivir la fiesta máxima del fútbol en casa, con las grandes Selecciones reunidas a la vuelta de la esquina con sus máximas figuras llenado los campos aztecas, además de poder presenciar al TRI en su máximo esplendor dándolo todo frente a su público, toda una experiencia que cada generación nueva de aficionados debería vivir, al menos, una vez en su vida.
Por otro lado está el aspecto ciudadano, ya que no olvidemos que los estragos del Mundial del '86 aún se pagan a pesar de que han pasado 30 años, sí, no se nos olvida la bendita tenencia y no me quiero ni imaginar qué impuestos nuevos se inventaría el gobierno con el fin de auspiciar un evento de tal magnitud, además, los últimos Mundiales e incluso los Juegos Olímpicos nos han demostrado que tienen efectos devastadores en economías poco sólidas, ahí están los casos de Sudáfrica y Brasil o más crítico el de Grecia y sus olimpiadas. Tal parece que sólo países de primer mundo pueden soportar tal derrama económica, así que viendo el panorama completo, se me quitan las ganas de ver una Copa del Mundo aquí, a no ser que se compartiera la sede con Estados Unidos, eso aligeraría el golpe un poco, pero esto ya es futurear demasiado.
