Conclusión

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A Toluca se le juntó el hambre con las ganas de comer. Entre el exceso de confianza y las lesiones, «los diablos rojos» quisieron abarcar demasiado y terminaron siendo víctimas de sus propios errores. Es verdad que el rival jugó su mejor partido en lo que va de la Copa Libertadores, pero preocupó en demasía la falta de personalidad de prácticamente todo el plantel, quienes desde el primer minuto lucieron intimidados por el ambiente del Morumbí. Toluca está prácticamente fuera de combate, culminando así una campaña histórica en la que avanzaron por primera vez a la siguiente fase, aún así, queda un sabor muy amargo por retirarse usando la puerta trasera, ahora, falta ver si no se queda con las manos vacías en el torneo de liga, eso sí le daría el último adiós a José Cardozo como D.T. escarlata.