El error garrafal de Red Bull

Una de las características de Mónaco es su pista extremadamente estrecha, es por esto que se dice que quien consigue la pole position, tiene más del 70% de la carrera ganada, pues aunque cuentes con un auto modesto, largar en la primera posición te permite manejar el ritmo de la carrera a tu antojo, todo esto tiene que ser redondeado con una buena estrategia y, por supuesto, unas paradas en pits muy eficaces.

Red Bull consiguió lo primero, Daniel Ricciardo llegó al domingo como el poleman del Gran Premio y ante los problemas en el carro de Rosberg recién largada la carrera, todo parecía servido para que el australiano se llevara, sin problemas, la carrera en Mónaco, pero no fue así.

Se corría la vuelta 32, Ricciardo decidió hacer su parada, era una parada fundamental, pues de salir bien, le devolvería la primera posición de la carrera, que le pertenecía a Hamilton, quien había parado una vuelta antes. El piloto australiano no contaba con que sería un parada eterna, de trece segundos y medio, para ser precisos, todo parece indicar que los mecánicos no tenían listo el juego de neumáticos adecuado a la hora de hacer la parada. Evidentemente, Ricciardo perdió la posición y aunque salió relativamente cerca del piloto inglés, por más que intentó rebasarlo, no lo logró y se tuvo que conformar con la segunda posición. Para la posteridad quedará esa inusual postal del australiano, serio como nunca en un podio, a Mónaco le faltó su sonrisa.