Cabilaciones

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El Caso Pulido es tan sui generis como el mismo fútbol mexicano, cuando un jugador pertenece a una institución, éste se vuelve despreocupado y cae en excesos de confianza, en este caso, no dudo que Alan haya firmado el contrato, pero es difícil saber bajo qué circunstancias lo hizo, ya que, si al final sabía que tenía todo en contra, qué sentido tenía revelarse de la manera en que lo hizo, muchos dicen que ha sido mal asesorado, pero conociendo las manos negras que se mueven entre los directivos, es más que loable cualquier gesto de rebelión, lo malo es que esta situación nos muestra una terrible realidad, «contra el sistema no se puede» los directivos se cuidan el trasero unos a otros.

Por lo pronto, un prospecto interesante como Alan Pulido le dirá adiós, no solo al Olympiakos y sus sueños de jugar Champions, sino que deberá agregar otro semestre de inactividad y muy probablemente deba indemnizar a Tigres por los «daños causados», pero al final y por el valor económico que representa el futbolista, éste terminará vistiendo los colores del Guadalajara el próximo año, ya que «el pacto de caballeros» aplica siempre y cuando no afecte al bolsillo de los dueños.