El Dios de Manchester

Cuando se anunció su llegada al conjunto inglés, inmediatamente se comenzó a especular sobre si Zlatan portaría el dorsal número ‘7’ (dígito que cuenta con un aura de misticismo en el United). Debido a ello, Eric Cantona -símbolo de los Diablos que usó dicho número durante su estadía en el club- aventuró a dejarle en claro al sueco que en Manchester “solo puede haber un rey”. Ante las palabras del francés, Ibra se limitó a afirmar que él no sería un rey en Manchester, sino un dios.

Un año después, estas palabras no suenan tan descabelladas. A pesar de contar ya con 35 años de edad, Ibracadabra se convirtió en el último ídolo de un equipo hambriento de héroes.

Tras la marcha de Wayne Rooney -ex capitán del club y máximo goleador histórico- a su natal Everton, quedó vacante en Old Trafford el puesto de máximo referente y la camiseta número ’10’. ¿Coincidencia? No lo creo.

Desde su arribo, quedó en claro que Zlatan no pasó desapercibido en los vestidores del equipo. Por su edad, logros deportivos e impresionante personalidad, el sueco tomó pronto las riendas del vestuario, generando química con sus compañeros y demostrando ser capaz de llamarle la atención a cualquiera de ellos en caso de ser necesario, incluyendo al hiperactivo Paul Pogba, con quien parece haber generado una sincera amistad.

Rooney ya no está e Ibra luce como el candidato ideal a suplirlo, no como goleador, no como figura histórica, sino como referente, ‘capitán sin cinta’ y voz de mando dentro del equipo.