Por: Grégory Blasco
Revolución francesa
Tiempos felices para Francia. Líderes del grupo F por delante de Suiza, los bleus se han clasificado de forma brillante para los cuartos de final del Mundial de Brasil tras derrotar a Nigeria en octavos (2-0). Atrás quedan los fantasmas de Sudáfrica 2010, y la huelga de los jugadores en Knysna. “El Mundial de la vergüenza” ya es pasado. Ahora hay buen rollo en el combinado galo y eso se refleja en el campo. La felicidad de los de Deschamps es la de un país que vuelve a amar a su equipo de fútbol y donde solo se respira entusiasmo. Algo muy similar a lo que ocurrió en 1998, cuando Zidane y compañía levantaron la primera (y hasta ahora única) Copa del mundo del país galo. Para seguir soñando con una segunda estrella, los franceses tendrán que derrotar a una Alemania favorita en cuartos para seguir soñando con una segunda estrella. No lo tendrán fácil, pero todo indica que lo pueden lograr.
El factor Deschamps
Aunque para muchos este equipo emergió en el partido de vuelta de la repesca para el Mundial ante Ucrania (victoria 3-0 tras perder en la ida 0-2), la nueva Francia nació, en realidad, el 8 de julio de 2012, cuando la federación francesa eligió a Didier Deschamps para suceder a Laurent Blanc. El ex futbolista, capitán de la selección campeona del mundo en 1998, es algo más que un simple técnico. Es un líder nato. Un guía para una generación que andaba algo perdida. En Francia, además, se dice que “DD” tiene suerte. Una estrella que siempre le acompaña. Deschamps no pretende jugar el fútbol más bonito. Amante de la táctica, es consciente de las limitaciones de cada uno de sus equipos. Pero sus jugadores saben a lo que juegan. Y funciona. Así, al menos, lo demuestran sus años en Mónaco (final de la Champions 2004), Juventus (subió a la Serie A) y Olympique de Marsella (Campeón en 2010). Ahora quiere llevar a Francia en lo más alto.
La juventud al poder
Con una media de poco más de 26 años, la Francia de Deschamps es la selección gala más joven de la historia en un Mundial y una de las más joven en Brasil. Varane (21 años, Real Madrid) y Pogba (21, Juventus) son los emblemas una nueva generación de oro. Pero no los únicos. Jugadores como Digne (20, PSG), Schneiderlin (24, Southampton), Sissoko (24, Newcastle), Mangala (23, Oporto), Cabella (24 años, Montpellier) o Griezmann (23, Real Sociedad) han aportado aire fresco a un conjunto marcado por su pasado más reciente. En solo cuatro años, Francia ha renovado casi por completo a su equipo: solo 5 jugadores de los que están en Brasil estuvieron en Sudáfrica 2010 (los porteros Lloris y Ruffier, los defensas Sagna y Evra y el centrocampista Valbuena).
Benzema, por fin.
Todas la grandes selecciones cuentan con un crack mundial. Un jugador que marca las diferencias. Brasil tiene a Neymar, Argentina a Messi, Colombia a James, Holanda a Robben… Francia, por su parte, tiene a Karim Benzema. Con la ausencia de Ribéry por lesión, el delantero del Real Madrid tiene, por fin, el protagonismo que iba buscando desde hace mucho tiempo. Titular en uno de los mejores clubes del mundo, el jugador de 26 años nunca ha rendido al mismo nivel con su selección pese a su enorme talento. Hasta ahora. “El gato” ha sido el mejor jugador de Francia durante la primera fase (3 goles) y aspira a más. Aunque no ha jugado un gran encuentro ante Nigeria en octavos, se espera su mejor versión ante Alemania en cuartos. Joachim Löw ya sabe lo que le espera.
