El sábado 25 de mayo se hizo historia al llevarse a cabo Double or Nothing, evento de la muy sonada All Elite Wrestling (AEW) cuya irrupción ha significado una alternativa para los que quieren ver lucha libre y no entretenimiento deportivo.

Los ecos de aquella velada han desatado una cascada de comentarios tanto positivos como negativos, sin embargo, ¿cuáles fueron los mejores momentos de Double or Nothing? Cinco escenas clave nos dan la respuesta.

5. Bret Hart presentando el campeonato de All Elite Wrestling

A pesar de haber sido un segmento poco coordinado, recordando a la Triple A de los dosmiles, la presentación del campeonato de All Elite Wrestling fue una de las más grandes revelaciones de Double or Nothing.

Desgraciadamente la interrupción de Maxwell Jacob Friedman cortó el ritmo del segmento y terminó eclipsando el momento en el que Bret Hart reveló el nuevo campeonato.

Hoy en día abundan campeonatos por doquier y uno más en el panorama no significa gran cosa; sin embargo, este cinturón llama especialmente la atención pues quien lo ostente será el rostro de una compañía esperada durante más de diez años.

Los directivos de AEW han prometido congruencia en cuanto a rivalidades todo en aras de darle validez y sobre todo prestigio a sus campeonatos. Será una labor a largo plazo que hoy en día no es posible comprobar.

4. La revancha de Rey de Reyes

A finales de abril trascendió que la batalla de Triple A entre los Lucha Brothers y los Young Bucks en Rey de Reyes obtuvo un récord de audiencia en TV Azteca. Naturalmente la revancha se gestó como uno de los principales atractivos para Double or Nothing.

La pelea tuvo un ritmo vertiginoso y muy fluido; aunque los Lucha Brothers dominaron gran parte del combate, al final los hermanos Jackson consiguieron romper las quinielas al retener el Campeonato de Parejas de Triple A.

Es curioso cómo se necesita a otra empresa para que los campeonatos de Triple A sean bien manejados; porque claramente la Tres Veces Estelar no tiene la más mínima idea de darle congruencia a sus títulos.

3. Batalla de hermanos con sabor a revancha

La pelea entre Cody Rhodes y Dustin Rhodes parecía no tener nada que ofrecer. El simple hecho de ser hermanos no era suficiente para brindar un combate de proporciones históricas. Pero el trasfondo de lo que significaba Double or Nothing le daba un toque especial.

En su papel de Goldust, Dustin Rhodes siempre fue un gladiador enclaustrado en el medio cartel sin tener jamás la oportunidad de disputar los títulos estelares de WWE. Cody pintaba para lo mismo, pero decidió abandonar la compañía y en unos años se convirtió en figura de proyección internacional.

La idea de una batalla entre ambos en Wrestlemania siempre fue desdeñada por los directivos quienes no la consideraban lo suficientemente buena como para formar parte de la “vitrina de los inmortales”. Marcados por esa cerrazón, decidieron enfrentarse en Double or Nothing.

El resultado es uno de los mejores momentos de toda la noche: Dustin Rhodes revivió, más de 20 años en WWE no le dieron una noche como la que tuvo en Double or Nothing; Cody Rhodes confirmó que dejar al “gigante del entretenimiento deportivo” fue la mejor decisión de su vida.

2. La llegada de Jon Moxley

A pesar de ser una de las apariciones más esperadas por los fanáticos, la presencia de Jon Moxley no dejó de sorprender a los que vieron y asistieron a la función de Double or Nothing. Lo mejor es que llegó directamente a destruir a Kenny Omega sugiriendo una futura rivalidad entre ambos.

El hecho de haber partido de WWE vuelve más simbólica su presencia en AEW, siendo uno de los muchos gladiadores que, insatisfecho por su manejo en la compañía, optó por irse. El éxito de Jon Moxley en AEW hará considerar a muchos gladiadores de WWE la posibilidad de irse también.

1. Jericho vs Omega: el valor de los finishers

Chris Jericho es un gladiador en constante reinvención; así lo hizo ver en su entrada al cuadrilátero cuando mostró tres diferentes facetas de su personaje: el corazón de león de los dosmiles; el de la lista de Jericho de su última etapa en WWE; y el de “Save Us” de hace diez años.

En esta ocasión atestiguamos su etapa de Judas: así se llama su canción de entrada (interpretada por su banda Fozzy) y así le llamó también a su nuevo ataque final: The Judas Effect, un codazo giratorio de espalda.

Aunque su batalla con Kenny Omega transcurrió en la medianía, el desenlace es digno de destacar. El guión fue claro: Kenny Omega iba intentar aplicar su One Winged Angel y Jericho lo contrarrestaría con un DDT. La primera vez salió mal, Jericho estaba muy agotado; en la segunda ocasión salió un poco mejor, sólo un poco.

El mensaje fue explícito: si Omega aplicaba su One Winged Angel, la victoria era suya; por eso Jericho no podía recibirlo.

La batalla se inclinaba poco a poco hacia una victoria para “The Cleaner”; sin embargo, de manera sorpresiva, Jericho aplicó su “Judas Effect” y ganó. ¿Qué significa esto? Le están dando valor al finisher de Jericho. Ahora podrán decir que con ese ataque pudo vencer a Kenny Omega; a partir de ahora todo aquel que lo reciba no se podrá levantar.

Tuvimos una batalla en donde los dos gladiadores salieron enriquecidos pues ambos ataques finales (llamados: finishers) no perdieron valor. El One Winged Angel no se aplicó, por lo que su letalidad sigue latente, y el Judas Effect mostró ser mortalmente efectivo.

Congruencia, señores.