5. Ventaja de sobra – Pekín 2008

Eran los segundos juegos olímpicos de Usain Bolt después de su debut atropellado en Atenas y esta vez llegaba como favorito para imponerse en las pruebas de los 100 m y los 200 m. Quería mostrarle al mundo que estaba preparado para ser una estrella del atletismo y así lo hizo. En la final de los 100 m arrasó por completo a sus rivales, tanto que antes de llegar a la meta, desaceleró y se dio tiempo para golpearse el pecho, sonreír e imponer un nuevo récord. Acto que fue criticado por muchos de irrespetuoso, pero que en realidad denotaba la alegría de Bolt por conquistar la gloria olímpica por primera vez y que quedó grabado en la memoria de todos.