1. SUPER BOWL 50 Y DESPEDIDA.

Muchos pensarán que este no puede ser el mejor, o uno de los mejores, momentos en la carrera de Peyton Manning, pues ganó el llamado Super Bowl dorado apoyado en una gran defensiva y con una actuación para el olvido: 13 completos de 23 intentos, O anotaciones y una intercepción.

Me parece que el aporte de Manning aquí ya no era el de ganar, sino el de liderazgo; tener el temple y las palabras adecuadas en el momento de adversidad. Cierto es que la defensiva ganó este campeonato, tanto como que Von Miller, linebacker, fue el MVP del juego, pero no es un secreto: no sólo lo hicieron por ellos, sino por Peyton.

Muy pocos pueden presumir de retirarse en lo más alto de su deporte ganando un campeonato. En la NFL de los últimos años, figuras como Ray Lewis y Jerome Bettis se despidieron por la puerta grande sostenidos por un gran equipo sin que el peso del resultado recayera totalmente en sus espaldas.

El caso de Peyton no es menor que ellos, pues aparte de, nuevamente, no estar favorecido en las líneas de apuestas, tuvo enfrente una defensiva fortísima y dinámica que lo pudo haber frustrado tal y como lo habían hecho los Seahawks unos años atrás. Y ni hablar de la ofensiva. Aparte, recordemos, estamos hablando de un QB que debido a las cirugías en su cuello, se perdió una temporada completa e incluso estuvo cerca de no volver a jugar. Vale pues decir que estar aquí fue también un regreso triunfal.

Manning, con aquella lección de la derrota ante Seattle aprendida y consciente de su limitada capacidad, simplemente se encargó de jugar con lo que, tal vez, fue su mayor virtud a lo largo de su carrera: su inteligencia. Entendió que no necesitaba arriesgar con pases profundos ni sorprender o algo por el estilo, sino descifrar lo que presentaría Carolina y brindarle a sus jugadores la mejor posición de campo posible. El grupo lo captó y los equipos especiales y defensa hicieron su trabajo.

Estadísticamente podrá no haber sido la despedida más agraciada, pero el sentimiento de levantar el Lombardi una última vez antes de decir adiós, es una meta que nadie en la NFL rechazaría, aun a costa de no llevarse los reflectores. Un triunfo defensivo, sí, pero qué momento para un histórico como él. Honor a quien honor merece. Hasta pronto, Peyton Manning. Y muchas gracias.