Como cada año, Royal Rumble 2019 fue esperado con gran expectativa; desgraciadamente ésta ha sido una de las ediciones más planas y con menos sorpresas de los últimos años. Pero no todo fue malo, ¿qué se puede rescatar de este pago por evento? Analicemos.

¿Qué sorpresas dio Royal Rumble 2019?

Definitivamente una de las sorpresas más gratas fue ver a “The Man” aprovechar el lugar que Lana dejó vacante debido a su lesión de tobillo.

Todo apuntaba a que Charlotte Flair se llevaría la segunda batalla real femenil; pero, aunque consiguió aguantar hasta el final, la victoria de Becky Lynch no fue mal recibida por el público.

Becky Lynch encarna una de las pocas historias mejor construidas por WWE hoy en día, si no es que la única, por lo que se está convirtiendo en uno de los puntos más fuertes del próximo Wrestlemania.

La estrella mortal de Shane McMahon

El duelo de parejas entre The Bar (Sheamus y Cesaro) y Shane McMahon y The Miz parecía no aportar gran cosa al cartel, pese haber un título en juego.

La batalla transcurrió en una discreta medianía y parecía que nada memorable ocurriría hasta que, justo al final, Shane McMahon terminó con una estrella mortal que sorprendió a todo el estadio.

El movimiento nos remite a Wrestlemania XIX, cuando Brock Lesnar intentó aplicar el mismo movimiento a Kurt Angle, quedando a nada de romperse el cuello, lo que nos habla de la gran dificultad de ese vuelo.

Es por la gran calidad que Shane consiguió al ejecutar el salto que esa batalla se coloca como uno de los momentos más sorpresivos de todo el pago por evento.

¿Por qué fue tan pobre el Royal Rumble?

La ausencia de grandes nombres fue lo que terminó por apagar la emoción de esta edición de Royal Rumble. No hubo Kenny Omega ni Young Bucks (afortunadamente) ni nada que pudiera dar de qué hablar.

Sólo se puede rescatar el regreso de Shelton Benjamin, el luchador más subestimado de toda la década pasada, que nunca recibió la oportunidad que merecía.

Hablamos de un gladiador que compartió el mismo camino formativo con Brock Lesnar, siendo pareja en sus primeros días en el centro de entrenamiento de WWE.

Desgraciadamente la visión blanca de Vince McMahon lo motivó a tomar partido total por uno y al otro jamás lo sacó de la medianía, pese a dar grandes batallas.

Otra de las razones por las que el Rumble de este año estuvo tan apagado es porque retiraron la fastuosa escenografía que identifica los pago por evento de WWE.

Ya sea por falta de presupuesto o para vender más boletos (pues la escenografía tapa muchos asientos que no pueden venderse), esta ausencia caló hondo.

No es la primera vez que WWE prescinde de escenografías; ocurrió en el Royal Rumble 2008, en el infame regreso de John Cena; y también lo vimos en Survivor Series de 2002.

La diferencia es que ahora mucha gente no sabía quién entraba, ya sea porque no reconocía la canción de entrada o porque simplemente no podía ver quién era el gladiador sino hasta que casi entraba al cuadrilátero.

Se avecina un buen encuentro en Wrestlemania

Hoy en día el único ídolo que tiene WWE en RAW, además de Finn Bálor, es Seth Rollins. Braun Strowman ha tenido un buen recorrido pero no termina por convencer a los directivos por su intermitencia tras bastidores.

“El Arquitecto” es el gladiador que debió ser elegido como el rostro de la compañía en lugar de Roman Reigns; pero su pasado “indie” y el hecho de no ser un producto completamente hecho por las manos McMahon lo colocó en segundo plano.

Su victoria en Royal Rumble lo coloca nuevamente ante lo que parece ser una inminente batalla en Wrestlemania contra Brock Lesnar, quien de a poco ha dejado ver sus puntos débiles en los últimos combates contra Daniel Bryan y Finn Bálor.

A diferencia de Wrestlemania 31 y 34 con Roman Reigns, Seth Rollins llega con el apoyo total del público; y a diferencia de aquellas ediciones de Wrestlemania, Brock Lesnar ya aparece con una imagen muy desgastada de campeón que nunca lucha.

La victoria de Seth Rollins fue muy acertada, pues le da al combate estelar de Wrestlemania un toque de emoción y expectación que no había tenido dicho evento en años, quizá desde Wrestlemania XXX con la épica de Daniel Bryan.